Jill Murie, Jane Allen, Ray Simmonds y Carl de Wet
AntecedentesMuchos pacientes reciben innecesariamente fármacos inhibidores de la bomba de protones (IBP) a largo plazo con importantes implicaciones económicas y de seguridad. Educar, empoderar y apoyar a los pacientes para que autogestionen sus síntomas puede conducir a reducciones significativas y sostenidas en la prescripción de IBP. Nuestro objetivo era implementar un programa para reducir la prescripción inapropiada de IBP. MétodoSe invitó a participar a pacientes elegibles en una práctica médica general en Escocia rural entre noviembre de 2008 y febrero de 2010. Los pacientes asistieron a clínicas especiales de enfermería asesora, completaron cuestionarios sobre dispepsia, recibieron información, formularon planes de autogestión y se les ofreció apoyo flexible. ResultadosDe la población del estudio, a 437/2883 (15%) se les prescribieron IBP. De estos, 166 (38%) fueron considerados elegibles para participar. Después de 12 meses, 138/157 (83%) habían reducido o suspendido sus IBP, mientras que 19/157 (11%) habían revertido. El ahorro neto anual estimado en el presupuesto de prescripción fue de £3180,67. La comprensión autoinformada del autocontrol de los síntomas aumentó de 6/20 (30%) a 18/20 (90%) pacientes después de la participación en el programa. Conclusión Un programa centrado en el paciente impartido por una enfermera especializada redujo significativamente la prescripción de IBP con posibles beneficios financieros y terapéuticos. La gran mayoría de los pacientes elegibles pudieron "reducir y dejar" o "dejar" el uso de IBP después de 12 meses sin complicaciones ni deterioro del control de los síntomas. Se necesitan más investigaciones con cohortes más grandes de prácticas y pacientes para desarrollar un programa factible, aceptable y eficaz si se quieren lograr beneficios similares para la atención primaria en general.